Casa IPR

Esta vivienda de poco más de 400 m² se desplanta en un terreno con un 70% de superficie rocosa, lo que planteó un desafío significativo para su diseño. La topografía del predio, con una altura sobresaliente respecto al nivel de la calle y una planimetría irregular en forma de cuchilla, generó ángulos complejos que influenciaron la propuesta arquitectónica.

Para adaptarse a estas condiciones, se optó por una estructura de acero, apoyada en puntos estratégicos del terreno, minimizando el contacto con la superficie rocosa. Esto permitió una mayor libertad en la apertura de claros, destacando partes del lecho rocoso como hitos, en combinación con jardinería e iluminación.

La altura del predio respecto a la calle ofreció la ventaja de aprovechar los vientos dominantes y proporcionar una vista panorámica de 360 grados. Se propusieron amplios ventanales para dotar a los espacios de iluminación y ventilación natural.

La morfología de la vivienda refleja una dialéctica entre el contexto y la intervención, con una estructura expuesta en contraste con la iluminación y el mármol negro. El estilo high-tech e industrial no fue una elección preconcebida, sino el resultado de un proceso de adaptación y elección consciente.