El concepto arquitectónico nace a partir de una síntesis entre la fenomenología, la funcionalidad y la memoria arcaica. El primero enfatiza en la cualidad material y morfológica de la vivienda y como esta interactúa con el cuerpo humano a través de la textura y el volumen que se condicionan en el tacto; el brillo y la luz por su parte se dirigen a la vista y por último la vegetación y las cualidades del terreno se condicionan por el olfato.
Los vanos y aperturas en la losa son abierto al cielo y al exterior como recuerdo del origen de lo que el ser humano una vez fue y de donde vino, desde la unidad simbiótica entre humano y naturaleza, memoria arcaica centralizada en el ofi cio que evoca a la memoria del cuerpo y la conexión con la naturaleza. Y por último la funcionalidad del espacio a partir de los pasillos que se recorren, las escaleras que transitan la verticalidad y ventanas que se abren hacia una vista y orientación justificada hacia agradables vistas, proporcionando además ventilación y luz a la casa.
Debido a que el proyecto se realizó como un proceso “post pandemia” y con un sentido de cambio en el paradigma social, quisimos abordar a través de la circulación de los espacios interiores y exteriores como un criterio de reconciliación entre el espacio habitado y el espacio exterior, es decir, una vivienda que no oprima a sus usuarios en un confi namiento entre 4 muros y una ventana, si no que a la vez invite a salir hacia sus patios y jardines, a disfrutar del aire, de la brisa, de las plantas y del cielo.